Proyecto: Educando para participar
Año: 2016
Financia: IRPF
El proyecto
Tratamos durante el año 2016 de facilitar, a los/as menores, recursos de carácter preventivo que propiciaran la incorporación de hábitos positivos y la mejora de su calidad de vida. Todo ello se operativizó mediante la intervención de diversos profesionales, a la vez que del trabajo desinteresado de un grupo de voluntariado.
La experiencia obtenida a partir del trabajo realizado nos ha indicado que a pesar de que los/as menores tienen reconocidos los derechos de acceso a recursos y garantías, de manera formal y teórica, en la práctica parten de situaciones de desigualdad que dificultan su integración, adaptación social y por tanto su desarrollo integral tanto a nivel individual como familiar y social. Así pues, el perfil atendido fue el siguiente:
– 100% de los/as menores pertenecían a familias con una organización doméstica muy deficiente; económica, de horarios, hábitos básicos, falta de orden. Con pautas educativas cambiantes; en base al estado emocional de la madre. Con dificultades relacionales dentro de la propia familia. Inestabilidad laboral y de vivienda, con bajos recursos económicos y, en algunos casos, con ayudas sociales para hacer frente a las necesidades físicas.
– 70% de los menores procedían de familias monoparentales, cuyas madres están vinculadas a contextos de prostitución.
– 90% de los menores presentaban problemas en el desarrollo emocional y/o comportamental, afectando seriamente a su adaptación social, educativa y familiar; absentismo escolar, fracaso escolar, problemas de aprendizaje y con problemas conductuales graves (conductas violentas, racistas o xenófobas).
– 40% de los/as menores tenían cargas familiares inapropiadas para su edad.
– 100% de los/as menores habían sufrido malos tratos físicos y/o emocionales (de forma directa o indirecta).
– 80% de los/as menores sufrían desarraigo o dificultad de integración social debido a la inmigración.
– 100% de los/as menores vivían situaciones de vulnerabilidad social debido al contexto de marginalidad en el que encontraban (violencia familiar, madres que ejercen la prostitución, madres en contacto con las drogas y/o el alcohol, situaciones de desamparo y soledad).
El trabajo con el/la menor y la minimización de riesgos llevó aparejado un acompañamiento directo de su familia.
Así pues, con el fin de llevar a cabo una acción preventiva, desarrollamos actividades en diferentes áreas; para que la intervención fuera más globalizada.
Acciones
A continuación, detallaremos las acciones desarrolladas en cada área:
ÁREA DE DESARROLLO PERSONAL (PIT con cada menor y su familia)
Se realizaron diferentes reuniones, individuales, grupales y/o familiares, donde se valoró la adaptación del/la menor dentro del proyecto y se evaluaron las dificultades que presentaban tanto el menor como su familia. A partir de ahí, se marcaron conjuntamente objetivos a trabajar con el/la menor y con su familia.
Todo ello, se llevó a cabo por personal técnico (una psicóloga contratada para tal fin) con la cual se coordinó todo el personal del proyecto (tanto el voluntariado como la educadora). También se trabajó en red con equipos de orientación , trabajo social, educación familiar, etc de referencia tanto del/la menor como de su familia.
ÁREA DE DESARROLLO EDUCATIVO Y SOCIO-SANITARIO
Dentro de esta área creamos dos tipos de talleres:
-Aulas Educativas.
Trabajamos con menores con dificultades o grandes dificultades de aprendizaje. A través de las “aulas educativas” se reforzaron conocimientos, habilidades y aptitudes presentes en la adquisición de la lecto-escritura y matemáticas, previniendo así posibles dificultades o actuando cuando estas ya se han detectado. Se trató de compensar el trabajo realizado por los centros educativos de referencia, de cada uno de los menores, para dar respuesta a necesidades o carencias.
Mediante este espacio activamos los recursos personales, con los que el/la menor cuenta, así como mejoramos el apoyo de la familia y su implicación en el proceso de su hijo/a, como medio para prevenir o intervenir en conductas desadaptadas. Los talleres los dividimos por grupos, según edad cronológica o grado de madurez, de la siguiente forma:
Cada menor formó parte de un grupo o aula. Todas las actividades o actuaciones partieron de los conocimientos mínimos, de cada menor , y poco a poco evolucionaron a través de una metodología activa, dinámica y participativa.
-Hábitos de Vida Saludable.
A través de estos talleres específicos y mediante métodos transversales impregnamos de salud todas las actividades que se desarrollaron dentro del proyecto. Los talleres específicos se operativizaron a través de grupos en los cuales trabajaron temas y metodología acorde con su edad; para una mejor asimilación e integración. Los temas a trabajar, según edades, fueron: prevención de accidentes en casa, Cuidamos nuestro cuerpo y los espacios comunitarios; hábitos y costumbres sanas, la Pubertad, cambios; adolescencia, afectividad y sexualidad,riesgos, igualdad de género y alimentación.
Todas estas actividades se llevaron a cabo por una educadora (contrata) apoyada por personal voluntario.
ÁREA SOCIOCOMUNITARIA (Talleres de ocio y tiempo libre)
Desarrollamos dos tipos de talleres:
– Talleres Socio-comunitarios (Espacio del “Buen Trato”)
Se trabajó con menores con dificultades emocionales y sociales.
Las actividades se llevaron a cabo de forma diaria y distribuidos en tres grupos (según edad cronológica), desarrollándose durante hora y media todas las tardes. Los recursos necesarios para tal fin fueron humanos (educadora y personal voluntario) y materiales (educativos, específicos y mantenimiento de las instalaciones). Los talleres a trabajar dentro de esta área y según grupo fueron: cuenta cuentos y dramatización, manualidades, comunicación y relajación, juego libre, cognición y simbólico, deportes fuera de las instalaciones del proyecto (fútbol, etc); cuenta cuentos y animación a la lectura, manualidades, musicoterapia, juego de mesa, cooperativo y simbólico, deportes fuera de las instalaciones del proyecto (fútbol, etc); obradoiro manual, lectura reflexiva, juegos de mesa y cooperativos, deportes fuera de las instalaciones del proyecto y como actividades conjuntas: celebración de días educativos, cumpleaños, información sobre la realización de actividades fuera del proyecto, para una posible participación.
– Talleres de mejora de Habilidades Sociales
Hemos dedicado un espacio breve para trabajar habilidades sociales; carencia que todos los participantes del proyecto han mostrado.
Los temas que trabajados fueron:
. Potenciación de la autoestima.
. Mejora de habilidades sociales básicas (saludar, sonreír, pedir ayuda, etc).
. Resolución de conflictos.
Todos estos temas fueron desarrollados por la psicóloga y un grupo de voluntarios que de forma coordinada trabajaron en los respectivos grupos.
También se contó a la hora de ejecutarlos con la colaboración de la Facultad de Psicología de la Universidad de Santiago de Compostela, a la vez que con instalaciones y material diverso; educativo para el desarrollo de actividades específicas.
Resultados
Así pues, podemos decir que los objetivos planteados a lo largo de este año 2016 se han cumplido óptimamente pese a los grandes esfuerzos que ha supuesto el organizar, programar y planificar todas las actividades, al mismo tiempo que llevarlas a cabo de forma positiva y eficaz. Para que los objetivos se cumplieran, teniendo en cuenta que los recursos humanos con los que contamos es mayoritariamente voluntariado (con motivación pero sin conocimientos previos de intervención con menores en riesgo social) nos hemos visto en la obligación de hacer un acompañamiento diario y una supervisión más rigurosa y especializada. Aportando pautas y herramientas, para una intervención adecuada, en el momento en el que necesitó.
Pese a todo, los resultados mayoritariamente no se han visto reflejados a corto plazo sino que se observaron a medio y/o largo plazo. Aun así, los cambios han sido importantes en el área educativa: mejora en el rendimiento escolar, disminución del absentismo, cambios de comportamiento dentro del aula-clase, y conductual (de forma generalizada), así como en el área de ocio y socio-comunitaria (adquisición de nuevas habilidades sociales, hábitos y estructura organizativa).
Todas estas mejoras han sido observables por todos aquellos más directamente implicados en la educación de los niños/as y adolescentes, como fueron: monitores/as voluntariado, psicóloga, profesorado de los diversos centros escolares y las familias; con las que se trabajó conjuntamente.