Con menos de treinta años, Gloria dirigía una organización criminal en la ciudad alicantina. Su detención ha llevado hasta el mayor traficante de personas en el Estrecho.

La red de Ebo proveía a Gloria de chicas, sus hombres en Madrid le movían el dinero y los rituales de vudú en la iglesia cerraban el círculo de su éxito.Ver la noticia completa